Mediante la publicación oficial en el BOE del día 28 de enero de 2012 del Real Decreto-ley 1/2012 se paraliza completamente el desarrollo tecnológico y crecimiento de las diferentes tecnologías de generación con fuentes de energías renovables y por ende lastrando el desarrollo social-económico del país, puesto que durante la crisis de los tres últimos años ha sido uno de los pocos sectores que han respondido positivamente:
- Con un desarrollo continuado de la curva de aprendizaje.
- Con el know-how adquirido durante la última década.
- Con la continua reducción de costes y aumento de la eficiencia de las diferentes alternativas tecnológicas.
- Con las inversiones en I+D+i para el lanzamiento de nuevos productos y tecnologías.
- Con la competitividad tecnológica que el tejido industrial español había comenzado a desarrollar con las primeras potencias industriales.
- El Gobierno basa la reducción del déficit de tarifa en la eliminación de incentivos a las tecnologías de generación de energía eléctrica mediante fuentes renovables, cuando bien es conocido que dicho déficit de tarifa se ha generado durante los últimos 15 años por los Windfall Profits que las empresas propietarias de las plantas de generación de energía eléctrica mediante energía nuclear y energía hidrahúlica obtuvieron del estado. Estas empresas son: Iberdrola, Endesa, Unión Fenosa (Gas Natural), Viesgo (Eon) e Hidroeléctrica del Cantábrico; y todas tienen intereses en contra de las energías renovables aunque muchas incrementen año tras año su "Balance de Cuentas y Resultados" gracias a ellas.
- La dependencia energética nacional, que por todos es bien conocida, se basa en que tenemos una dependencia absoluta del exterior para la importación de derivados del petróleo, gas natural, carbón, uranio enriquecido, tratamiento de residuos nucleares, .... ; lo cual lastra económicamente a todo nuestro sistema. Cabe destacar que en el balance neto de energía eléctrica somos excedentarios, pero en el balance neto de diferentes formas de energía somos deficitarios y dependemos de suministradores con Gobiernos muy inestables, que podrían poner en peligro económicamente hablando a nuestro país cada vez que en dichos estados surja un nuevo conflicto político-social. Por todo ello frenar el desarrollo exponencial que estaban presentando las tecnologías renovables, las cuales cada vez nos permitirían una mayor independencia, es comenzar a preparar nuestra propia tumba para los próximos 25 años.
- Todo el mundo se está dando cuenta de la revolución industrial que viene para este siglo, XXI y claramente no es la de Internet, es la desaparición del petróleo. Todos los Gobiernos que vean esto serán los que consigan poner a sus países en la cabeza para la reindustrialización renovable y su perfecto complemento "el vehículo eléctrico". El Gobierno español se ha desmarcado claramente en este sentido, ¡¡Preguntémosles por qué!!.
¡¡¡DEBATE ENERGÉTICO YA!!!