El vuelo no ha sido mucho de momento, ya que se elevó apenas un metro sobre el suelo. Siendo este su primer despegue no convenía demasiado arriesgar.
El objetivo final del proyecto es poder realizar un vuelo de 36 h de duración. Para ello, sus alas de 63,40 m de longitud -tan grandes como las de un Airbus A340, pero mucho más ligeras- incorporan más de 11.000 células fotoeléctricas de silicio monocristalino. Para permitir los vuelos nocturnos, la energía se almacena en baterías de ión litio, las cuales alimentan sus cuatro hélices.
Hoy es solamente un prototipo, pero mañana (o pasado) quizá todos volemos en aviones basados en esta tecnología.
FUENTE (Revista XL Semanal Nº 1.156)
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